En épocas de crisis cuando la volatilidad e inestabilidad aumentan, las condiciones de los mercados financieros pueden ser afectadas por la incertidumbre. En esos momentos los grandes inversionistas buscan diversificar su capital y adquirir un inmueble para no ver afectado su patrimonio.
Si se analizan correctamente las opciones, un inmueble puede generar una ganancia promedio del 30% adicional al monto invertido en un lapso de 3 a 5 años. La clave es tomar la decisión correcta en el momento más oportuno: estudiar el historial de la empresa constructora y su confiabilidad; la ubicación del proyecto inmobiliario; la calidad de los procesos constructivos, entre otros.
Ventajas frente a otras formas de inversión:
- Adquirir un inmueble (ya sea una casa, oficina, local o terreno) es considerada una inversión de bajo riesgo, segura y rentable: es un bien que difícilmente se devalúa y lo más probable es que genere ganancias. Además de entregar tranquilidad a tu familia, se la proporciona a la institución financiera que aprobará tu plan de financiamiento.
- Es una inversión no líquida: a diferencia del ahorro, que es más accesible para ser usado en un paseo, fiesta de cumpleaños o urgencia temporal, un inmueble es una inversión que nos obliga a planificar, analizar y aprovecharla al máximo.
- Cubre una necesidad básica. Aún si no la habitas, la puedes rentar y si no la rentas, la puedes vender: una casa u oficina siempre generará ganancias o evitará fuertes gastos mensuales de alquiler
- Sin reducir la utilidad a largo plazo, un proyecto inmobiliario se puede adquirir a menor precio, si se lo obtiene en época de preventa: cuando ya cuenta con todos los permisos de construcción aprobados, pero todavía se encuentra en planos.
Aunque (a diferencia de invertir en la Bolsa de Valores o en un negocio propio) no se necesita una preparación financiera técnica muy profunda, sí es importante tomar en cuenta algunos factores determinantes para anticipar el éxito de la inversión y evitar riesgos de pérdidas innecesarios.
Entre los principales están: la calidad de la construcción, que evitará fuertes gastos en reparaciones; la ubicación (sector, seguridad, accesos viales, servicios públicos o comerciales, etc.); y el tiempo de construcción, un inmueble nuevo siempre será la mejor alternativa.